domingo, 20 de junio de 2010

2001: Odisea en el Espacio

Director: Stanley Kubrick
Año: 1968 País: Inglaterra Género: Ciencia Ficción Puntaje: 10/10
Interpretes: Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester, Daniel Richter, Douglas Rain y Laonard Rossiter

La cinta más magnética y una de las más geniales de Kubrick. Cuenta la historia de la humanidad, en diversos estados como el pasado y del futuro, es considerada por la mayoría de la crítica como la película de ciencia-ficción de culto por excelencia de la historia del cine. Hace millones de años, en los albores del nacimiento del mundo unos homo sapiens descubren un monolito que les lleva a un estadio de inteligencia superior. Millones de años después otro monolito de las mismas características vuelve a aparecer, enterrado en una luna, lo que provoca el interés de los científicos humanos. Por último, HAL 9000, una máquina de inteligencia artificial, es la encargada de todos los sistemas de una nave espacial tripulada durante una misión de la NASA. Posiblemente todas estas líneas suenen descabelladas, pero reflejan cierta realidad. “2001” no es un filme sino muchos filmes, y cada uno de ellos varía en el transcurso de la cinta. Sin duda el amanecer de la humanidad es perfecto, un ejemplo de lenguaje cinematográfico. Kubrick logra transmitir el concepto de “Deux Ex Machina” que significa la presencia del monolito: la inteligencia extraterrestre que aparece en momentos claves de la humanidad para iniciar avances en la evolución de la especie.

Sin duda alguna una obra clave en el género de la ciencia-ficción sobrepasando la mera exposición de continuados efectos especiales aderezados con marcianos y naves interestelares y adentrándose en la más absoluta y apasionante fantasía, esa excitante fantasía que rebosa nuestros corazones de curiosidad, felicidad o simplemente disfrute. Esta película es una fantasía. Un surrealista cuadro espacial que desborda imaginación de un genio que desgraciadamente nos ha dejado y que posiblemente se este adentrando en ese túnel de color música y belleza que aparece en el hermoso final de esta odisea. Y ¿quién sabe si se estará adentrando en esa habitación estilo Luis XVI que tan cálidamente acogía a Bowman susurrándole que no hay que tener miedo a lo desconocido, que lo desconocido y la muerte forman parte de la propia evolución? La temática (o temáticas) del filme se debaten entre la ciencia y la mística: el germen de la inteligencia; la evolución de la humanidad peligrosamente sustentada en la tecnología, con la amenaza de que ésta acabe volviéndose contra su creador; y finalmente la necesidad de un paso del hombre a un estado posthumano al margen del cuerpo y la materia para que la humanidad recupere el poder sobre sí mismo. Es decir, el pasado, presente y quién sabe si futuro de la humanidad. Una auténtica odisea con tintes épicos, que desde el momento de su estreno, se convirtió en un auténtico fenómeno cultural que hizo correr ríos de tinta sobre sus posibles interpretaciones destacando la enigmática figura del monolito, llegando a ser junto con el ordenador Hal9000 el inanimado protagonista del filme.

"2001: Odisea en el Espacio" es la mayor aventura cinematográfica jamás creada, que penetra en nuestras retinas alejándolas de el mundo sórdido aburrido y plenamente conocido que es el nuestro y adentrándolas en el apasionante, excitante y misterioso universo que guarda tan celosamente secretos que quien sabe si algún día llegaremos a descubrir. Kubrick se propuso crear una obra maestra y lo consiguió sobradamente. Aquel genio tan lamentable en la escuela pero tan apasionante en el cine consiguió un espectáculo en el que paradójicamente su ambigüedad se convierte en el secreto de su éxito convirtiéndose en su día en un espectáculo de masas y objetivo de múltiples investigadores, geólogos, darwinistas, astrónomos o simplemente cinéfilos que se agolpaban en la taquilla dispuestos a ver su proyección en Cinerama. Cabe resaltar que la elipsis del hueso-espacio, el monolito y el enmudecimiento de Hal forman ya parte de la iconografía del siglo. “2001” es ese monolito, ese tótem cinematográfico que marca un antes y un después en la cine de ciencia ficción. Esta palabra le corresponde con toda justicia. La preocupación de Kubrick por el verismo de todo lo que aparecía en la pantalla hace que estemos ante una película en la que las especulaciones que muestran vienen sostenidas por sólidas bases hasta hacer de “2001” una ficción, exenta de realidad, pero llena de realismo. En sí es una ópera. Es cine en estado puro. Pese a su extenso metraje, no creo que lleguen a 20 minutos los diálogos de la película, lo que hace que toda la fuerza, toda la fascinación venga dada por una imagen cuidada, impactante, magnética, que se queda grabada para siempre en nuestras retinas. A esto se suman unos efectos especiales (ideados por el propio Kubrick y Douglas Trumbull, que también fotografiaría y haría los fx de “Blade Runner”) que aún hoy mantienen el tipo.

Con esta película y una vez establecido definitivamente su residencia en Inglaterra Kubrick asume personalmente el control de su obra lejos del férreo control creativo, excepto el financiero de Hollywood y con un elenco de actores desconocidos por aquel entonces dentro de una producción de este calibre, creando en pocas palabras un milagro fílmico y dotándolo de una estructura narrativa mediante el uso de las poderosas e impactantes imágenes, de muy poco diálogo e insertando temas de música clásica en base a un inteligente y maduro guión del propio Kubrick en colaboración con el escritor Arthur C. Clarke para crear lo que ya es por derecho propio todo un clásico que ya es parte de la historia de cine. La verdadera estrella y protagonista de 2001 y la que más perdura en nuestro recuerdo sabemos que es la fría, cínica y estática súper computadora HAL 9000. De una personalidad avasalladora y que naciera primariamente en versión femenina, cambiando para evitar las connotaciones sexuales que distraerían por demás según el director. En cuanto a la temática, es cierto que es complicado entenderla a todos los niveles la primera vez que se ve, que es algo ambigua en algunas cosas y que en ciertas partes parece más bien una especie de poesía visual o filme surrealista. Lo cierto es que casi todas las personas con las que he hablado de ella tras un primer visionado parecían entender el trasfondo de forma algo intuitiva pero sin llegar a explicárselo del todo. A mi me pasaba lo mismo las primeras veces que la vi. Pero insistí porque, pese a no entender mucho (tenía unos 10 años) me fascinó desde el primer visionado. Las ideas mostradas en esta película son muy interesantes y diferentes a lo que se solía ver en el cine de la época (ahora se ha imitado mucho), aunque la forma de presentarlas sea algo críptica.

Kubrick trabajó cuatro años en la producción, con millones de dólares invertidos en el guión, maquetas muy elaboradas, costosos y complicados decorados y unos artesanales pero muy desarrollados e innovadores efectos especiales que ganaron merecidamente un Oscar y que posteriormente influiría por su gran realismo y profundidad en el género con películas que se han beneficiado con todos los logros técnicos obtenidos a partir de esta película, y que aún se siguen beneficiando como el desarrollo de la infografía por ejemplo. En fin para aquellos que no la han visto en el cine, les recomiendo que se apresuren a comprarse un proyector de video, y una pantalla de 2,5 mts más grande si les cabe en casa. Se dejen de prejuicios, abran sus mentes a una historia que exige algo más del espectador, de lo hoy en día nos suele ofrecer Hollywood, y podrán disfrutar de una de las mas grandes creaciones del séptimo arte. Tal vez su desmesurada ambición a la hora de abordar los asuntos más trascendentes sea la razón de que esta película haya dado lugar a más interpretaciones que ninguna otra. A este respecto convendría recordar las palabras del propio Kubrick cuando afirmaba que había concebido la película como una experiencia sensorial más proclive a ser captada por esa intuición infantil con la que nos abrimos, maravillados, al misterio del universo, que por la lógica convencional con la que cartografiamos la realidad con el fin de volverla manejable.

"2001: Odisea en el Espacio" tiene algo, algo indefinible, algo grandioso, algo enigmático. Es hermética hasta la exasperación y, al mismo tiempo, es sencilla y transparente. Mi primito, por ejemplo, la ha asimilado como una película de aventuras. A mí me sigue dejando un regusto a epopeya, a poesía de muchos quilates. Encierra secretos, intuiciones, muchas claves y pocas certezas. Por tanto, se nos presenta abierta, polisémica, inquietante, peturbadora. En resumidas cuentas “2001: Odisea en el Espacio” es una película que ha envejecido muy bien con el paso del tiempo y que sigue siendo muy admirada por los aficionados al género que con ella sigue ganando adeptos, según la impresión que le pueda causar o la interpretación libre de la obra en si ya sea una influencia religiosa o mística, ya que “2001” es una obra abierta a cualquier tipo de interpretación o impresión que pueda causar en el espectador que la ve por primera vez. Pero sin lugar a duda este filme cambio la perspectiva del cine y de la cultura humana en sí, seria un delito que una persona que se hace llamar cinéfilo no la haya visto y no lo haya valorado.

"Maravillosa obra, sin duda toda una revolución en su época"

martes, 15 de junio de 2010

Perfect Blue

Director: Satoshi Kon
Año: 1998 País: Japón Género: Terror Psicológico Puntaje: 09/10
Productora: Rex Entertainment

"Perfect Blue" narra los extraños eventos que suceden alrededor de Mima Kirigoe cuando decide abandonar el trío de música pop llamado Cham, al que pertenece junto con otras dos muchachas. Sabiendo que la popularidad de los "idoru" (ídolos pop) es pasajera, y siguiendo los consejos de sus amigos, Mima decide probar suerte como actriz de reparto en un drama televisivo, donde empieza a interpretar escenas muy distintas a la limpia imagen que mantenía como miembro de Cham. Entonces, Mima empieza a cuestionar su decisión de abandonar al grupo, que ha tenido gran éxito como dueto. Y, para colmo, la joven sospecha que un fanático enloquecido la espía, pues descubre un sitio en Internet en el que alguien, fingiendo ser ella, escribe un diario que describe con gran detalle sus actividades diarias. Pero las cosas toman un tono de pesadilla cuando Mima empieza a ver a su doble (un "doppelganger") que la reprocha por abandonar al grupo y le muestra cómo sería su vida si no se hubiera separado. Eventualmente los eventos parecen relacionarse cuando empiezan a morir violentamente algunas personas cercanas a Mima. Parece que la doble quiere obligarla a abandonar su nueva carrera... o tal vez lo único doble sea la personalidad de Mima.

Aunque así parezca, no estoy contando el final de la cinta. La trama se complica aún más, y la resolución es inesperada, pero lógica y satisfactoria. "Perfect Blue" es un thriller psicológico en todo el sentido de la palabra, y está perfectamente estructurado. La motivación de los personajes es realista y creíble, y la lógica interna de la cinta parece sólida y consistente. Y el director Satoshi Kon (aparentemente protegido del Maestro Katsuhiro Otomo, director de "Akira") sabe mantener un ritmo ágil, pero lo suficientemente pausado para compenetrarnos con la protagonista, de tal forma que los misterios que la rodean se vuelven más amenazadores e impenetrables. La animación misma podría ser más fluida, pero el diseño de producción (tanto en escenarios como personajes) compensa con creces las fallas técnicas menores que, después de todo, son tan comunes en la animación japonesa. Esta película, creo que va a seguir siendo una de las joyas de Satoshi Kon. Además que fue la película que lo catapulto a la fama. Esta historia se caracteriza por tener alta dosis de suspenso (por así llamarlo), hay imágenes crudas. Y se muestra un poco de imágenes sugerentes. Pero lo que llama la atención en la cinta, es la psicología que se representa. Sinceramente a mi me dejo algo confundida. Por ejemplo les contare que esta película se la preste a dos de mis mejores amigas, a las cuales, no les gusta el anime, cuando la vieron se quedaron encantadas.

La verdad es que en este film Kon consigue una perfecta mezcla entre el estado de confusión y fantasía de la protagonista, su propia realidad vital y además juega de una forma muy acertada con la excusa del papel de la protagonista como actriz en una serie, la mayor linealidad de la historia consigue que a pesar de las diferentes inserciones entre realidades el espectador no se pierda. Además la trama crece en intensidad de modo paulatino, tejiendo una telaraña de la que es imposible escapar, además, en este trabajo no hay elementos superfluos o banales que distraigan al espectador y el clímax la pone el desenlace, que pese algunas licencias inevitables, es sólido, creíble, coherente y sorprendente. Es una película breve, directa, interesante y desafiante, un puzzle que se construye poco a poco, sin fisuras, con una historia tan compleja, bien construida y planteada que para sí quisiesen muchas grandes producciones con protagonistas de carne y hueso, hecho que me hace plantear esta obra que bien podría considerarse, en cierta medida, un buen aperitivo al universo de Lynch. Una obra cuyo único defecto, como dije anteriormente encontramos una animación que no está, ni de lejos, a la altura de la historia, pero que termina convirtiéndose en un defecto menor en comparación con todo lo que ofrece.

Alucinantes son los mundos perpetrados por Satoshi Kon. No conozco otro director capaz de saltar con tal naturalidad de la realidad a la ficción y con un dominio de la multidimensionalidad narrativa tan fluido y fácil, el director japonés tiene perfectamente definidas las leyes de la lógica interna en cualquiera de sus mundos. Por extraño o complicado que aparente ser lo que nos cuenta, está articulado de manera que el espectador es cien por cien cómplice de lo que está viendo. "Perfect Blue" es, El desarrollo, eso sí, no podía ser menos clásico y en este caso lo que acabaremos viendo será mucho más de lo que se nos ocurriría haber esperado; lo que en un principio parecería la historia de un perseguidor, resulta ser un juego de reflejos en torno a la psicología del perseguido. Lo cual sirve en bandeja la oportunidad para que Kon, una vez más, demuestre su inigualable destreza para narrar en varios niveles, reales e imaginarios. Lo mejor...es que realmente borra la línea. Sabrán a que me refiero. Es también un análisis de la fama y el éxito, el guión incluye igualmente y de manera brillante lo que en psicología suele llamarse efecto reflejo: Ver en los demás aquello de lo que carezco o aspiro, pero en un contexto único y comprendido gracias a las insinuantes imágenes y a la sólida narrativa; que si bien en algunos momentos parece abusar de entreverados lances; cobra vida como un elemento que además realza el drama y contribuye con una sensación de suspenso casi visceral, apenas soñada por producciones de acción ¿viva? y con más recursos pero carentes de imaginación e ideas originales.

Si bien la animación es más bien modesta, con un sólo sombreado (en algún momento se añade un segundo, pero suelen ser planos estáticos), un guión fabuloso que sabe desarrollar prodigiosamente un argumento muy absorbente, la eleva a un nivel muy alto tanto dentro del genero anime como del cine en general. Posee momentos angustiantes, sabe crear tensión, y toda la maraña que se desarrolla durante el tercer cuarto del metraje, que puede llegar a ser liosa de verdad, queda resuelta y explicada con exquisita fluidez en unos veinte minutos finales soberbios. A destacar la escena de la violación, tanto por el desasosiego que provoca como por contener pistas subliminales y casi imposibles de observar a simple vista, pero que finalmente acaban por encajar con precisión en el fragmentado puzzle que es el guión. Completamente recomendable tanto para amantes del anime como para aquél que no lo sea, pero avisando que contiene escenas de extrema violencia y de sexualidad casi explícita, que no la hacen aconsejable para los más pequeños. De los múltiples aspectos que expone el argumento; siempre girantes a la condición de la popularidad encuentro notable y particularmente lógica y consistente la forma como se aborda el delirio que causan los débiles ídolos contemporáneos en sus fetichistas seguidores que a la postre desemboca en descontrolados y obsesivos comportamientos.

No quiero usar la frase: "Perfect Blue” es tan buena como una película de acción viva, porque eso implicaría un prejuicio contra las cintas animadas. Sin embargo, tal vez ese es el único modo de expresar su gran calidad... eventualmente uno olvida que está viendo dibujos animados, pues el perfecto guión, las actuaciones de los personajes y de los actores de voz, y la sólida dirección de Kon nos sumergen en la película tan efectivamente como en los mejores thrillers "vivos". Abra que decir que no todos los productos animados son para niños, y ciertamente yo no recomendaría "Perfect Blue" para toda la familia. Se trata, en cambio, de una fascinante película para adultos que examina el fenómeno de la fama y el efecto psicológico que tiene sobre los artistas. El hecho de que emplee caricaturas para plasmar su narrativa es meramente incidental, y esto la hace muy valiosa como una obra que podría ayudar a eliminar el inherente desprecio que las audiencias modernas tienen por el cine animado, considerándolo exclusivamente "para niños", o de menor calidad. "Perfect Blue" prueba que no importa el medio que se emplee, siempre y cuando las historias sean buenas y el personal creativo tenga talento. Satoshi Kon y su equipo son muestra de ello.

“Técnicamente asombrosa y perturbadora”

miércoles, 2 de junio de 2010

Mystery Train

Director: Jim Jarmusch
Año: 1989 País: EE.UU. Género: Drama/Road Movie Puntaje: 08/10
Interpretes: Masatoshi Nagase, Youki Kudoh, Nicoletta Braschi, Cinqué Lee, Screamin' Jay Hawkins, Elizabeth Bracco, Tom Noonan, Steve Buscemi y Tom Waits

Cuenta la historia de unos adolescentes japoneses en peregrinación a Graceland (casa de Elvis Presley). Si hay una película de este peculiar director que sin miedo pueda ser considerada como un puzzle cinematográfico esa es “Mystery Train”. Mucho más compleja sus tres anteriores filmes, en esta Jarmusch opta por el camino difícil: deconstruir el relato e impregnarlo de la marca de la casa. A pesar de que la cinta esta compuesta por tres historias que componen el mosaico particular, comparten una misma línea temporal y espacial, el director acude al montaje paralelo escapando de los convencionalismos lineales. Una misma noche, una ciudad característica, un disparo y una serie de vínculos que hacen nexo entre las tres historias "Mystery Train” se convertiría así en la película más dinámica de Jarmusch, hasta esa fecha; la más mixta en movilidad de planos, así como la más tensa y activa' de su filmografía.

La cámara fija sigue siendo predominante en aparición, pero los travelings laterales, en esta ocasión, toman mayor importancia, pues como dinámica de tren, los personajes se movilizan de lado a lado demostrando direccionalidad y divagación. Jarmusch, a esas alturas, ya hizo un semidecálogo de su cine, en el cual la errancia y la inactividad dramática son sus más resaltantes leyes expresivas. El por qué del título sólo puede atribuirse a los aires poéticos que alcanza el director en todas sus películas. Jarmusch es un artista indiscutible y no pueden pasarse por alto según qué detalles. La película empieza y acaba de la misma manera; un plano de un tren que, como canta la canción, lleva en él numerosos misterios. Mientras que lo que en “Extraños en el Paraíso” servía de vehículo a los personajes era un coche y al final de la cinta, también un avión y en “Bajo el Peso de la Ley” era una barca, en esta ocasión Jarmusch elige un tren, medio que para Jarmusch queda ligado al misterio y la evolución. El viaje aquí sucede fuera de campo, fuera de lo que abarca la película. Ya partiendo de esto, podemos empezar a tener en cuenta las diferencias formales y estructurales con respecto de las tres anteriores. A continuación la descripción de los tres segmentos que forman la cinta.

“Far from Yokohama”: Es una road-movie, pero hacia atrás. Jarmusch hace que sus viajantes vivan la acción parando su viaje y estacionando su tren. Con la pausa en sus caminos y sin moverse espacialmente, los personajes evolucionan y viven la experiencia de un viaje de estas características. ¿Quién dijo que no había road-movie sin cambio de escenario? Jun y Mitzuko llegan a Memphis desde Yokohama tras la estela del Rey del Rock&Roll. Conformando el modelo que conocemos del típico turista que pretende conocer mucho en pocas horas, se recorren la ciudad en busca de los estudios de grabación de los grandes genios del Rock. Cansados, se alojan en la habitación de un hotel cutre en el que hacen el amor apasionadamente. En una secuencia magníficamente rodada donde la cámara los observa desde el techo en un brillante picado, la luz incide sobre ellos, regenerando su aura. De fondo “Blue Moon” de Elvis Presley por la radio. A la mañana siguiente, unos minutos antes de abandonar el hotel y la ciudad y emprender así un camino hacia otros puntos marcados en sus guías, un disparo suena cerca.

“A Ghost”: Luisa, una italiana desesperada que decide pasar deambulando perdida por la ciudad las horas muertas que le quedan hasta que el avión que les llevará a ella y a su marido (muerto) de vuelta a casa, En un restaurante en el que la italiana busca un poco de tranquilidad, un extraño la aborda contándole una historia peculiar: asegura el buen hombre que ha visto el fantasma de Elvis. Alucinada, acaba compartiendo habitación con una joven a la que acaba de abandonar el novio, Dee Dee. En mitad de la noche, a Luisa le despierta un azote: el fantasma del mismísimo Rey que pasaba por allí y que carece de ningún sentido ni sirve en absoluto para la trama argumental, pero que en cambio, viene a confirmar por si aún quedaba alguna duda, que Jarmusch no se estanca en ningún género concreto. A la mañana siguiente, mientras las dos mujeres se despiden, un disparo suena de fondo. “Lost in space”: Johnny acaba de perder a su novia. Will, su mejor amigo y Charlie, su cuñado, deciden consolar sus penas con el alcohol y el aire fresco de la noche de Memphis. Tras diversos incidentes debido al estado de sobriedad de los tres amigos y acercándose peligrosamente al género policiaco, acaban pasando la noche en la habitación de un hotel. Al despertarse la mañana siguiente, y aún con efectos de la borrachera de la noche anterior, Charlie, en un forcejeo con un arma, acaba hiriéndose en la pierna.

La economía expresiva de las secuencias de los japoneses, donde los diálogos por poco desaparecen, facilita el lucimiento de la narración audiovisual del relato de Jarmusch. Seguramente sea este primer segmento el más logrado de toda la película. Cuarenta minutos le bastan a Jim para sintetizar todas las premisas que trataba de hacernos llegar desde “Extraños en el Paraíso”. Una constante que arrastra desde entonces es la del personaje gracioso que adopta el rol de payaso. Una persona humilde, optimista, alegre, ingenua y vital que nos aparece como la encarnación de la estupidez supina y ridícula. Roberto (Bajo el Peso de la Ley), Mitzuko y Helmut el taxista neoyorquino de “Noche en la Tierra”, perdedores innatos, despiertan la compasión del espectador y crea entre ambos una tensión empática que los une a lo largo del metraje. Y a pesar de esa mirada divertida e irónica a los personajes, por cierto, reparto coral, novedad en el cine del director, esa atención especial y dedicada por definirlos, a Jarmusch no se le olvida lo que le movía la cámara en sus primeras obras. La búsqueda de un tratamiento eficaz para la sociedad Americana que sufre las consecuencias de la década de los 70. La América profunda y enferma que no reconoce como suya la dolencia y por tanto no puede, ni quiere buscar cura.

Todos los personajes de su historia buscan con cierto entusiasmo la plenitud contextual, Jarmusch atribuye a un sitio en especial (Graceland, la tierra del “Rey” Elvis) la calidad de receptor de esas ilusiones, propone un lugar de desencanto, un seudo paraíso tangible desconsolador, y hasta peligroso ¿Qué mejor lugar para pensarlo como mundo ideal que la tierra del Rey? El reino del rock, y el de las euforias desmedidas, asienta con la cabeza en negación para las expectativas infundamentadas de sus visitantes. “Mystery Train” se divide en tres episodios, tres historias que juntas proponen como si de una sola se tratara; pues van anexadas (enganchadas) por la percepción del espectador para con el ambiente retratado, proponiendo integridad al relato dividido con rostros diversos pero contextos compartidos. Todo esto para generalizar la idea de desilusión conjunta, y diversa, con aumento progresivo. Esta cinta es la película más compleja de Jarmusch. Y con ella vuelve al color para decolorarlo, alude a la actividad y dramatismo para desinflarla ante los ojos de todos, apela al movimiento para denotarlo como lineal y soso. Jarmusch hace entrar al tren a su encuadre al principio de su película, asimismo que lo hace salir al final. El tren entró ilusionado, dudo que haya salido con la misma emotividad...

“Una película embriagadora y seductora”